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Para comprender nuestro presente y
forjar un mejor futuro debemos comprender nuestro pasado, solo así evitaremos incurrir
en los errores del pasado.
El “Proceso de Reorganización
Social” que dio comienzo el 24 de marzo de 1976 introdujo una serie de cambios
estratégicos que alteraron factores esenciales de un estado de derecho,
condicionando las libertades civiles en todas sus formas.
La década del ’70 quedó
caracterizada por ser una época de gran participación de los sectores juveniles
en el ámbito político, donde el gobierno de Héctor Cámpora (electo
democráticamente) les dio contención y protagonismo con responsabilidades
concretas dentro de la estructura Nacional. Era el florecer de una generación
entusiasta, comprometida y solidaria que buscaban la transformación del país.
El golpe cívico-militar del ’76 implementó un plan
sistemático que rompió cruelmente a todo tipo de organización juvenil y sus
deseos de participación. En aquel entonces participar en centros de estudiantes
(secundarios o universitarios), pertenecer a un grupo político o ser activista
civil no estaba permitido, era considerado peligroso, subversivo e incluso
terrorista. ¿Por qué? El pensar de manera distinta a los intereses económicos
defendidos por los militares era motivos basto y suficiente para ser
investigado, perseguido y detenido. El pensar por nosotros mismos, sin que
nadie nos diga que hacer y como hacerlo estaba prohibido.
El gobierno de facto constituido por
la Junta de Comandantes en Jefe el General Videla, el Almirante Massera y el
Brigadier Agosti, marco a fuego el lugar
que estaban dispuesto a darle a los jóvenes militantes, donde constantemente
acudieron a las metodologías violentas de neutralización.
El contexto histórico actual nos muestra una realidad distinta porque somos
libres para elegir hacia donde queremos ir, que aspiramos hacer y poder decidir
si queremos emprender el camino de la política, no nos permitamos olvidar quien
nos devolvió esa esperanza, ese fervor por hacernos escuchar, un gran
presidente y defensor de los derechos humanos Néstor Kirchner.
A 36 años del golpe militar gracias
a la Política de Estado emprendidas desde el año 2003 y la lucha constante y
pasiva de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo los represores y secuestradores están
siendo juzgados se esta haciendo justicia para los compañeros desaparecidos.
Por los 30000 compañeros que
lucharon por sus ideales y una mejor condición social, tengamos memoria para
que no vuelva a ocurrir este hecho tan atroz en nuestro pueblo argentino,
utilizando la educación como herramienta fundamental para poder decir,
definitivamente: “NUNCA MÁS”. Un gran prócer argentino, el General San Martin, decía:
“La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros
ejércitos”.